La muestra estará en el Museo de Historia Mexicana del 21 de septiembre de 2016 al 22 de enero de 2017.

 

El Museo de Historia Mexicana se complace en presentar “Miguel Cabrera. Las tramas de la creación”, exposición dedicada al artista novohispano más reconocido de mediados del siglo XVIII.

 

La muestra se abrirá el miércoles 21 de septiembre con la conferencia inaugural “Miguel Cabrera y la Compañía de Jesús”, a cargo de su curadora, Verónica Zaragoza.

 

A las 20:00 horas se realizará la ceremonia inaugural y posteriormente el recorrido para el público.

 

Magdalena Cárdenas, directora de 3 Museos, comentó que la colección proviene del Museo Nacional del Virreinato.

 

“Es una excelente oportunidad para que en público conozca estas valiosas pinturas que se reúnen por primera”, señaló.

 

Cabrera, originario de Antequera de Oaxaca, realizó una gran cantidad de obras para varias órdenes religiosas, el clero secular y para particulares; por la majestuosidad de sus trabajos, se le nombró pintor de cámara de Manuel José Rubio, Arzobispo de México.

 

Las tramas de la creación es el resultado de un trabajo de investigación y reflexión que se propone explicar el proceso que el artista llevó a cabo para adquirir la confianza de la Compañía de Jesús, hasta desarrollar una obra culminante como logro técnico y estético.

 

La curaduría fue realizada por Zaragoza y las obras proceden del Museo Nacional del Virreinato, primera sede de esta exposición, y se nutre con el acervo del Museo Arocena en Torreón, Coahuila, y del Museo de Historia Mexicana, en Monterrey.

 

La exposición estará en el Museo de Historia Mexicana del 21 de septiembre de 2016 al 22 de enero de 2017.

 

La muestra está integrada por cinco unidades temáticas que permitirán al público conocer facetas poco abordadas de Cabrera: La pintura novohispana del siglo XVIII; La Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús; Cabrera en Tepotzotlán y la creación total; La Congregación de la Purísima Concepción, y Devociones y varones ilustres.

 

La pintura novohispana del siglo XVIII

Hacia 1722, los hermanos Juan y Nicolás Rodríguez Juárez dieron lugar a uno de los primeros intentos por establecer una academia de pintura en Nueva España; era un espacio para discutir ideas en torno al arte y a los mecanismos de producción estética.

 

En 1754 José de Ibarra, discípulo de Juan Rodríguez, estableció al igual que su maestro, una academia. En ella se formaron artistas como Francisco Antonio Vallejo y Juan Patricio Morlete.

 

Se desconoce si Miguel Cabrera fue también discípulo de Ibarra, pero se formó como artista en un círculo muy cercano a él. Al fallecer Ibarra, Cabrera tomó su lugar como el pintor más importante de su tiempo y en él recayó la dirección de la academia.

 

La Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús

La Compañía de Jesús fue fundada por Ignacio de Loyola en 1540. Sus integrantes llegaron a la Nueva España en 1572 y para 1700 esta congregación había crecido y se había consolidado con la fundación de casas, colegios y misiones, al tiempo que contaba con un importante número de miembros. Las fundaciones requerían edificaciones y ornamentos para desarrollar sus actividades; la Compañía se esforzó, a través de fondos propios o patrocinios, en conseguirlos. Los jesuitas se acercaron a los artistas asentados en territorio americano y los mejores trabajaron para esta orden religiosa.

 

Cabrera inició su relación con la Compañía de Jesús entre 1747 y 1749, cuando se le hicieron encargos para el Colegio de San Ildefonso y cuando firmó como testigo de un contrato para la elaboración del retablo del Colegio de San Francisco Javier en Puebla.

 

Cabrera en Tepotzotlán y la creación total

En 1753 el Padre Pedro Rosales, rector del Colegio y Casa de Probación de Tepotzotlán, contrató a Miguel Cabrera e Higinio de Chávez para construir tres retablos y cuatro portaciriales para el presbiterio del templo de San Francisco Javier. La labor de Cabrera no concluyó con la obra de los retablos pues también realizó pintura mural en las bóvedas

del presbiterio y crucero, así como varios óleos sobre tela para la sacristía, el sotocoro y el coro del templo. Fue en Tepotzotlán donde Cabrera traspasó los límites de su arte y creó, junto con el padre Reales, una obra que incluía arquitectura, escultura y pintura, además de conocimientos de música y acústica para lograr que el sonido corriera libremente en el espacio del templo.

 

Santos y devociones jesuíticas

En 1622 Ignacio de Loyola y Francisco Javier, pertenecientes a la orden jesuita, fueron canonizados, por lo que sus imágenes fueron celebradas y propagadas por el catolicismo. La Iglesia impulsó la veneración a los santos y el uso de las imágenes para el culto como una afirmación frente al protestantismo. Cabrera pintó numerosos lienzos con estos santos, e incluyó a otros como san Francisco de Borja, san Luis Gonzaga y san Estanislao de Kostka.

 

Otro tema recurrente en los cuadros de Cabrera fue la vida de la Virgen y sus distintas advocaciones: la Virgen de Loreto, la Inmaculada Concepción y la Virgen de la Luz fueron algunas de las devociones marianas que los jesuitas difundieron en el territorio novohispano.

 

El Museo de Historia Mexicana está ubicado en Dr. Coss 445 sur, la entrada es gratuita los martes y domingo para todo público, sus horarios  son de miércoles a sábado de 10:00 a 18:00 horas y los martes y domingos de 10:00 a 20:00 horas, para mayor información se puede comunicar al 20339898 o visitar la página www.3museos.com

 

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