Con más de medio millón de visitas en YouTube, el corto Falling Letters, del director sueco Erik Rosenlund, está creando conciencia sobre niños que padecen algún tipo de trastorno que afecta su desempeño en la escuela, como la dislexia o déficit de atención e hiperactividad.
En entrevista con el director, quien obtuvo el Cabrito de Plata por Mejor Cortometraje Animado con Butler y estuvo en el I Encuentro Internacional de Animación, comenta que realizó el cortometraje animado sin pensar específicamente en algún trastorno, pero que en la mayoría de los casos la gente lo identifica como una historia relacionada a este tipo de situaciones, “En algunos casos pudiera entenderse como una historia así, porque sienten que los comportamientos del filme son consistentes con los de TDAH, que son niños que no ponen atención. Hay otras personas que se ven a sí mismos, es decir, cómo se sentían ellos en la escuela, y cómo tal vez padezcan de eso”.
El título en sueco (Bokstavsbarn) es un término de cariño para referirse a los niños que tienen diagnósticos con trastornos abreviados, por ejemplo TDAH, sin embargo, la interpretación la deja a quien disfruta el filme, “El filme en sí, no está buscando reflejar ningún trastorno en específico. Eso es tarea de la audiencia. Independientemente de lo que la gente vea en el filme, yo siento un orgullo inmenso de que tantas personas puedan sentirse identificadas. Alguien en los comentarios de YouTube escribió, ‘Puedo describir cómo me sentía todos los días en la escuela’”.
Sobre de dónde surgió la idea para la animación comenta, “El niño de la historia que dibuja en clase, se parece mucho a mí cuando era niño, siempre tuve una imaginación muy viva y nunca fui bueno para poner atención en clase. Otras partes son cosas que he observado por mi experiencia. De algún modo soy el hijo y el padre en el filme”.