Por pmnoticias.tv

Una noche llena de color, costumbres y tradiciones mexicanas ofreció el prestigiado Ballet Folclórico de la Universidad de Guadalajara, dirigido por el maestro Carlos Ochoa en su participación en el  XXIII Mitote Folklórico en la Gran Sala del Teatro de la Ciudad.

El espectáculo, lleno de magia y sabor mexicano, que montó dicha compañía fue una verdadera delicia para el público asistente.

El  XXIII Mitote Folklórico que reúne a  más de 1,500 bailarines en escena y alrededor de 40 grupos locales, se realiza del 8 al 26 de octubre en Monterrey, Nuevo León, organizado por CONARTE con el apoyo de CONACULTA. Esta actividad se inscribe como parte del programa Nuevo León Polo Cultural de México.

La fiesta de la danza abrió con la Danza de Concheros, que se  ejecuta aún en celebraciones religiosas y se conserva gracias a la gran espiritualidad de los habitantes del centro de México. En ella son característicos los sonidos del huéhuetl y teponaztle, que guían los movimientos de los danzantes hacia la divinidad.

Luego presentó Veracruz. El fandango es la más viva expresión de la fiesta popular en Veracruz, donde la alegría en comunión con el galanteo, motivan a los veracruzanos a bailar los sones jarochos como muestra de la centenaria tradición cultural Española, Indígena y Africana.

Enseguida presentó Canciones de la Revolución, conformado con un conjunto de Corridos mexicanos. El corrido es uno de los géneros musicales que mejor representa el alma mexicana, donde amores y desamores, relatos e historias de personajes, son la fuente principal de inspiración para recrear episodios de nuestra historia narrados a través de música, canto y baile.

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Luego del intermedio presentó Michoacán. Danzas propias de las fiestas mayores, las pirecuas, valseado y el zapateado abajeño simbolizan con gran belleza las tareas del campo y las actividades pesqueras. Celebraciones cuya principal intensión es la de perpetuar la memoria de las costumbres rústicas de los pueblos aledaños al lago de Pátzcuaro.

También presentaron un hermoso cuadro de Guerrero. Diversos géneros musicales confluyen en Guerrero tomando identidad propia en cada región, como ejemplo en la costa se baila la chilena de origen sudamericano, están los sones de tierra caliente de origen español pero tomaron el sabor y color local de la población mestiza.

Y cerraron con Jalisco. Las fiestas jaliscienses tradicionales se celebran siempre al compás de la música del mariachi, se baila y se cantan sones y se bebe tequila. En cualquier celebración los músicos se colocan alrededor de las parejas, tocan sus instrumentos y entonces el zapateo se hace escuchar con gran fuerza. Los estribillos de sones como el de la negra o el jarabe tapatío, son invitaciones ingeniosas al cortejo del varón por la mujer y son muestra también de excepcional creatividad de los jaliscienses.

 

 

Por agencia2

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