La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) inició una investigación por el hallazgo del cuerpo sin vida de un bebé de aproximadamente tres meses dentro de un contenedor de basura en el Centro Estatal de Reinserción Social (CERESO), de San Miguel, Puebla.
El organismo autónomo también solicitó medidas cautelares al subsecretario de Centros Penitenciarios del estado de Puebla y a la Unidad Especializada de la Fiscalía General del estado para obtener su colaboración en la investigación, y que se refuercen los controles de vigilancia, revisión e ingreso en el CERESO.
“La CNDH, además de repudiar tales actos y el destino dado al cuerpo del menor, hace un llamado puntual a la Fiscalía General del estado de Puebla a efecto de realizar una investigación seria, comprometida, diligente y eficaz que permita el esclarecimiento de los hechos y determine las responsabilidades correspondientes”, indicó en un comunicado.
El CERESO ubicado en San Miguel “ha representado importantes irregularidades en el rubro de gobernabilidad, respecto a las deficiencias en el ejercicio de funciones de autoridad por parte de personas privadas de la libertad (autogobierno/cogobierno); insuficiencia de personal de seguridad y custodia, entre otras”.
El cadáver de un bebé de tres meses apareció el pasado 10 de enero en un contenedor de basura que los internos del CERESO de San Miguel iban a reciclar.
Según la necropsia aplicada por las autoridades, la causa de muerte del menor de edad fue asfixia mecánica por sofocación. El bebé fue asesinado, sin embargo, no se ha establecido si el crimen ocurrió en el interior del penal o cómo es que ingresaron el cuerpo.
Se informó que los agentes solicitaron la grabación de las cámaras de seguridad del centro penitenciario para su análisis.