De acuerdo a la tendencia observable hacia un mayor débito, conforme avanza el sexenio, el gobierno de Peña Nieto podría concluir con una deuda pública equivalente al 51 por ciento como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), equiparable a la época del “lópezportillismo”, estimó el diputado federal y secretario de la Comisión de Hacienda, Waldo Fernández Gonzalez.
Lo anterior planteó en una sesión de la Comisión de Hacienda con presencia de los subsecretarios de la SHCP, Fernando Aportela y Miguel Messmacher donde se discutió la probable integración del paquete económico para el año 2016.
Diputado por Nuevo León, Fernández González alerta que la situación financiera del país es “muy frágil”, si se toma en cuenta que sus ingresos están condicionados por los precios del petróleo, y que las tasas de interés internacionales son, por naturaleza, volátiles. En ese sentido, agregó que actualmente el 10 por ciento del presupuesto se destina a pago de deuda.
El déficit, si no somos prudentes, se puede volver una pesadilla, “quien iba a decirlo, Peña Nieto nos puede llevar, en solo unos años, de regreso a los tiempos de López Portillo”. No condenemos a nuestros representados a repetir esos duros años de crisis, angustia y desesperanza, donde los más afectados serán, los más pobres, conminó el diputado Waldo Fernández.
Ya el pueblo ha pagado por medio del endeudamiento muchos errores, de este y los anteriores gobiernos, los Pidiregas, los bonos carreteros, la deuda del IPAB (antes FOBAPROA), recordó el secretario de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.
Todo este en conjunto se concentra en los Requerimientos Financieros del Sector Público, y que ha crecido diez puntos, al pasar de 38% a 46% del PIB, de 2012 a 2016, lo que representa 7.9 billones de pesos, abundó.
A lo anterior, sin contar con los más de dos billones de pesos que representan los pasivos laborales de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad.
Y, todavía falta más deuda, con la emisión de diversos instrumentos financieros como son Fibra E, los certificados de proyectos de inversión y los bonos de infraestructura educativa.
El diputado Waldo Fernández cuestionó el por qué el gobierno de la República sigue endeudando al país cuando los pobres aumentaron en 2 millones de personas, mientras los programas sociales sólo han resultado en un paliativo frente a la falta de crecimiento económico.