Veo en las redes sociales, en cartas a la prensa escrita, manifestaciones -casi diarias- de personas que censuran a sectores del sistema político de Nuevo León, es decir, los partidos, a gobernantes de todo cuño y otros actores, por ejemplo el cuerpo legislativo.
En dichas posiciones advierto el aparente propósito de buscar opciones distintas de cara a los comicios del 7 de junio, es decir, votar por otros actores, según para cambiar el estado de cosas en Nuevo León. El fenómeno es lo que se ha dado en asignar el hartazgo hacia lo que hay en la materia política y de gobierno.
En apariencia hay una participación nutrida que es contraria a lo establecido y con preferencia a otras fórmulas electorales. Sin embargo, falta ver si ese activismo preelectoral se materializa el día de las elecciones.
También está por verse si dicho hartazgo es real en el sentido de que cuando se dice que hay un hartazgo, podría inferirse que la mayoría de los habitantes de Nuevo León, en edad de votar, rechazan el actual sistema político dominado por dos siglas: PAN y PRI y que una presunta mayoría de ciudadanos estaría dispuesta a votar por un tercero en discordia, o dos o tres, en relevo de lo que hay actualmente. De confirmarse, sería una revolución social.
Empero, también debe considerarse que hay una porción mayoritaria de ciudadanos que, según se sigue comprobando, están conformes con el actual estado de cosas, que están cómodos con lo que hay en la oferta partidista y de candidatos.
Es una franja de electores que no están dispuestos a aventurar su voto por, digamos, candidatos Independientes u otros que abandonaron siglas y buscaron la postulación por otros partidos a partir de una oferta prelectoral de erradicar el régimen de gobierno.
Luego están los indecisos, el grupo de electores que deciden hasta el último momento, en el interior de la casilla; este es un grupo que puede hacer la diferencia en una contienda que se perfile cerrada, reñida, entre dos partidos.
Hay otra porción de nuevos electores, flamantes ciudadanos en edad de votar por primera vez que habría que explorar si van a sufragar y por quién o qué partido simpatizan.
Por ahora, lo normal es que los partidos dominantes van a imponer sus estructuras electoreras, esas que Aldo Fasci dijo que “no son invencibles”, y que las elecciones para gobernador las va a ganar el PRI o el PAN.
Lo anormal –y absolutamente descabellado, me dicen observadores ortodoxos- sería que triunfara un tercero en discordia, precisamente por la carencia de estructuras electoreras, amén de representantes de casilla el día de las elecciones y otros aspectos propios para asegurar la victoria.
O simplemente, decimos líneas arriba, en Nuevo León la gente oscila entre PRI o PAN, y nada más.
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Luego de renunciar al PAN, el ex Alcalde de San Pedro Fernando Margáin anunció que buscará nuevamente la alcaldía de dicho municipio por el Partido Humanista. Acusó al PAN de realizar prácticas nefastas en la integración del padrón. “Hay una manipulación de la voluntad del panista, hay una integración de la militancia que es, verdaderamente, nefasta y reprobable”, dijo Margáin.
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El candidato del PAN a la alcaldía de Guadalupe, Alfonso Robledo sí incurrió en actos anticipados de campaña, sentenció la Sala Monterey del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
En su resolución de este miércoles, los magistrados resolvieron por unanimidad, que la propaganda utilizada por Robledo sobre la frase “En Guadalupe vienen tiempos mejores”, así como los panorámicos que destacan sus iniciales “AR” contravienen a la ley y por tanto debe ser sancionado.
Los efectos de la sentencia solicitan al Tribunal Estatal Electoral que resuelva en este sentido, y aplique la sanción en un plazo de 72 horas (Milenio).
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Bancadas legislativas al Congreso de Nuevo León externan voluntad para abrir el debate acerca de la unión matrimonial entre personas de un mismo sexo.
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El caso Rafael Caro Quintero sigue vivo y volvió a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El presidente de la Corte, Luis María Aguilar, admitió a trámite un recurso de revisión promovido por los abogados del que fuera jefe del Cártel de Sinaloa, para impugnar la condena de 40 años de cárcel impuesta en enero pasado por una Magistrada de Guadalajara (El Norte).